lunes, 30 de diciembre de 2013

DISMORFIA CORPORAL.



La delgadez se ha convertido para algunas mujeres, cada vez más jóvenes, y también para algunos hombres, en una especie de culto del que no pueden prescindir. Sacrifican horas enteras dedicadas al ejercicio físico para conseguir adelgazar. Se someten a dietas difíciles de cumplir, y terminan desarrollando una verdadera obsesión por estar delgadas, que en algunos casos, da lugar a una enfermedad por dependencia. Tal ocurre en las anoréxicas, que acaban deificando la delgadez, haciéndose dependientes de su símbolo, para lo que pueden llegar hasta morir de hambre.
Este fenómeno corresponde a la consideración del paciente anoréxico como una persona que, estando sumamente delgada, “se ve gorda”. No se trata de ninguna alteración de la percepción visual. La chica o chico anoréxico perciben visualmente la realidad en que viven, los cuerpos de las personas que les rodean, las siluetas de otras pacientes anoréxicas, con la misma precisión con que lo hace cualquier ciudadano, sin embargo, la imagen que tienen de su cuerpo está distorsionada, deformada, exagerada. La anoréxica promedio tiende a percibir las dimensiones de su cuerpo distorsionada al alza en alrededor del 30% de su volumen. 

Tal distorsión no se refiere al cuerpo que la anoréxica “ve”, sino al que “imagina” tener. Es una distorsión de la imagen corporal, es decir, de la representación mental del cuerpo. Esta distorsión que para ella es vívida y clara está relacionada con el disgusto que le suscita su silueta. Los cambios corporales que experimenta la adolescente la obligan a prestar una mayor, y nueva, atención sobre su cuerpo. Cuando la adolescente compara su nuevo cuerpo con el modelo estético divulgado por la sociedad, sólidamente interiorizado, corre el riesgo de creer que no va a poder semejarse a él.  La preocupación por su imagen corporal es muy acusada, ocupa un lugar Revista Fuentes. Volumen 6, 2004Tema monográfico: El Espacio Europeo de Educación Superior privilegiado, central, en sus pensamientos sobre sí misma. Se siente plenamente identificada con un cuerpo que rechaza angustiada. Su autoimagen está determinada por su imagen corporal, sus otras características personales ocupan un muy segundo plano. 

Es casi tragicómico que una chica anoréxica se considere una nulidad o un desastre como persona por creer que posee unos muslos excesivamente gruesos. La aberración se hace más evidente cuando, en plena anorexia, sus denostados muslos son simplemente un par de huesos

jueves, 26 de diciembre de 2013

DE QUE MANERA LOS PADRES PUEDEN RECONOCER QUE SU HIJA PADECE DE ANOREXIA?


En el ámbito clínico, los síntomas de la anorexia son fácilmente identificables. A primera vista, se observa un adelgazamiento que puede llegar a un pérdida de entre el 15 y el 20% del peso inicial. Una jovencita de 55 kilos puede perder 8 kilos o incluso más. Evidentemente, esto no ocurre de un día para el otro, pero bastan algunas semanas para que un cuerpo mal alimentado empiece a adelgazar.

Cuánto más adelgaza, mejor se siente

Padres: reconocer la anorexia. “La adolescente come menos, evita las comidas en familia, se salta las comidas, rechaza algunos alimentos, en especial los más pesados y empalagosos. Un comportamiento que, en cierta medida, no tiene nada de patológico puede desencadenar en anorexia, ya que más del 40% de los adolescentes luchan por mantenerse o recuperar su peso ideal. Además, adelgazarse está socialmente bien visto y es fuente de felicitaciones y apoyo.” Los primeros kilos suelen recibir una bienvenida general. El dominio del apetito y el control de su cuerpo favorecen a la adolescente a sentirse poderosa, a sentirse bien. Cuanto más adelgaza, mejor se siente.

La hija perfecta…

El otro síntoma principal de la anorexia y consecuencia del primero reside en la desaparición de las menstruaciones (amenorrea). “Si bien algunas anoréxicas no hablan de ello, otras lo hacen sin necesariamente hacer el vínculo con su restricción alimenticia. Cuando la pérdida de peso se asocia con una amenorrea, el diagnóstico de anorexia no está lejos.” Existen otros comportamientos también sintomáticos relacionados con la anorexia. La adolescente, el ejemplo típico de la hija perfecta, se aplica a fondo en sus estudios y en la esfera intelectual de forma más general. “A menudo triste e irritable, se libera de su vida afectiva y prefiere el aislamiento ante cualquier sensación amorosa. Además, encuentra otros modos para dominar su peso: medicamentos como los laxantes o los diuréticos, una práctica de ejercicio intensa o incluso vómitos provocados.”(Bienestar, 2012) En efecto, alrededor del 50% de las anoréxicas reconocen haber sufrido crisis de bulimia.

¡No minimices el problema!

Sin embargo, a pesar de la visibilidad de los síntomas, la anorexia apenas se detecta en sus inicios. Pueden pasar dos o incluso tres años antes de la primera consulta. No será la adolescente quién dé la voz de alarma, pues siempre negará su patología. Nunca se reconocerá a sí misma como una enferma:” la pérdida de peso, muestra explícita de su trastorno, no le molestará… sino todo lo contrario. En lo referente a la familia, lo más habitual es que ella no se de cuenta de la gravedad de los síntomas e intente minimizar el problema con la esperanza que se le pase con el tiempo.” Pero la anorexia no desaparece sola, sin un seguimiento psicoterapéutico que interesa tanto a la adolescente como a sus padres. En efecto, la nutrición no responde únicamente a una necesidad fisiológica. También es profundamente afectiva. Esto explica que sea profundamente conflictiva. Por esta razón la anorexia no sólo revela perturbaciones y un mal funcionamiento familiar, sino que también modifica el funcionamiento “normal” de la vida en familia, pues la atención se focaliza en su rechazo a comer.

Una verdadera droga

Sean cuales sean sus reacciones, los padres a menudo se sienten impotentes ante el desarrollo de esta patología. Ahora bien, cuánto más se desarrolle la enfermedad, más se refuerzan los trastornos y más difícil se torna el camino hacia una cura. La anorexia se parece a una verdadera droga que, poco a poco, no deja lugar a otro interés, ya que la vida gira entorno a esta adicción. “La anorexia es mi vida, mi mejor amiga, lo que mejor domino. El hecho que me mate lentamente me compensa con los beneficios que me aporta a corto plazo”, afirma Nathalie, una anoréxica desde hace 30 años fotografiada y entrevistada por Felicia Webb en Le Monde 2. Un caso extremo dependiendo de la gravedad que puede tomar este trastorno: el 0% de las anoréxicas se mueren enseguida por su enfermedad. Se trata de una cifra alarmante que no debe ocultar los resultados de un tratamiento. Después de un seguimiento durante cuatro años de media, el 75% de las pacientes anoréxicas no presentan ningún síntoma principal de la enfermedad. Si se trata a tiempo, los resultados son positivos.” Por esta razón, ante una adolescente que adelgaza y que pierde la menstruación, es indispensable consultar de inmediato con un médico especializado en trastornos del comportamiento alimenticio.” 

lunes, 23 de diciembre de 2013

CÓMO INFLUYEN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.


Sin duda alguna en la actualidad los diferentes medios de comunicación ya sean: periódicos, revistas o programas de televisión, ejercen una influencia sumamente grande en las distintas sociedades alrededor del mundo, debido a que son precisamente estos medios quienes establecen determinadas formas de vestir, el uso de cosméticos y de manera especial difunden continuamente imágenes de modelos con cuerpos perfectos:

El influjo que ejercen los medios de comunicación de masas sobre la sociedad actual es innegable, en unos casos esta capacidad de intervención sobre el individuo y por ende, sobre la colectividad social puede resultar beneficiosa, sin embargo en otras ocasiones, puede tener un efecto realmente perjudicial.

Es precisamente esta situación la cual ha influido para que muchas mujeres ya sean adolescentes e incluso niñas pretendan obtener determinadas medidas de cuerpo y muchas de ellas lo hacen a cualquier precio, sin importar que uno de los riesgos más grandes sea la muerte. Por ello resulta importante señalar que son precisamente estos medios de comunicación quienes han establecido cuales son los cánones de belleza adecuados, el cuerpo y peso ideal que deberían tener las mujeres, sin embargo en muchas ocasiones no se toma en cuenta que detrás de estos mensajes se esconde un mercado que factura al año millones y millones de dólares:

Los medios de comunicación y la cultura nos enseñan como debemos ser, y las empresas del mercado de la belleza nos ofrecen los medios para que consigamos ser así, previo pago de su importe nos suministran numerosos productos y servicios para que intentemos adecuarnos al canon de belleza reinante en nuestra sociedad, es evidente que el interés económico puede ser otro de los alicientes para seguir manteniendo los valores y creencias que los medios nos muestran sobre el aspecto físico ideal.

Se debe tomar en cuenta la fuerte precisión social que ejercen estos medios de comunicación para obtener cuerpos sumamente perfectos, es por ello que en el caso de los trastornos alimenticios, la delgadez que se vende como un producto hoy en día en nuestro entorno, ha provocado que muchas mujeres deseen esa delgadez para así tener éxito en sus vidas. Sin embargo es importante mencionar que no solo estos medios son causantes de este tipo de enfermedades, ya que en estas también influyen factores biológicos y psicológicos que son determinantes a la hora de adquirir anorexia o bulimia.
Para la gran mayoría la relación era evidente; para algunos estos trastornos estaban más relacionados con alteraciones bioquímicas a nivel cerebral que con el ambiente. Un reciente trabajo parece quitarles la razón a estos últimos...
Hasta ahora los resultados obtenidos al respecto de la influencia de diversos factores socioculturales, en el desarrollo de la anorexia y otros trastornos de la alimentación, habían sido, cuanto menos controvertidos. 

También es importante mencionar que estos trastornos alimenticios empiezan “con una percepción errónea de si mismo, el enfermo empieza a ver a la comida como su enemiga” y es que es precisamente gracias a la influencia de estos medios de comunicación que las adolescentes tienen autoestimas sumamente bajas, se niegan a aceptar su aspecto físico, de este modo recurren a estrictas dietas, dejan de comer con la finalidad de conseguir un cuerpo perfecto.
Los medios de comunicación, la publicidad definitivamente juegan un papel importante dentro de la belleza femenina, debido a que todo lo que realizan en sus difusiones tratan de hacerlas más impactantes, llamativas con el único propósito de atrapar a las grandes masas. Por ello se podría citar como ejemplo a la muñeca Barbie, un importante prototipo de belleza a lo largo de los años:

Sí nombramos algún ejemplo puedo hablar sobre la famosa muñeca Barbie: Bonita, flaca y rubia “toda perfecta”, este es uno de las tantas “imágenes” que han seguido las jóvenes, pues muchas de ellas quieren parecerse a la famosa “muñequita de plástico” y en el caso de los jóvenes al musculoso y bello “Ken”.

La anorexia y la bulimia se han convertido en enfermedades sumamente graves, ya que el sacrificado esfuerzo por obtener un cuerpo perfecto, ha llevado a muchas adolescentes a la muerte “como es el caso de la modelo brasileña Carolina Reston, la cual llevaba una dieta súper estricta, pues solo consumía manzanas y tomates. Es momento de concientizar a las jóvenes de los fuertes riesgos que se corren al sufrir enfermedades, es hora de aprender a aceptarse tal y como son.




viernes, 20 de diciembre de 2013

CONFESIONES DE UNA ANOREXICA.

Cuando tenía 16 años Ana Stoccafisso ,que vivía en la localidad bonaerense de Pérez Millán junto a sus padres y hermano menor empezó a padecer anorexia y bulimia. Comenzó a vomitar lo poco que comía y casi no tenía vida social. “A los 18 años su problema se agravó cuando se trasladó a Buenos Aires para estudiar en la facultad y llegó a devolver seis veces al día hasta que en un momento no pudo más y decidió compartir esa desesperación con su familia.” Inmediatamente comenzó su tratamiento en un centro especializado.
 Hoy, a los 21 años, Ana no sólo dejó de vomitar sino que recuperó la confianza en sí misma y sueña con trabajar en lo que le gusta y en formar una familia. La confesión más deseada Cuando Ana cumplió 20años decidió confesarle ese infierno a una amiga de su pueblo para que se lo transmitiera a su mamá que ni bien se enteró de la triste noticia viajó inmediatamente a Buenos Aires para iniciar el tratamiento junto a su hija. “Fue volver a tener a mis papás encima. No me dejaban sola en ningún momento. Ellos tomaron conciencia de lo grave que estaba”. Cada vez que iba al baño para bañarse o hacer sus necesidades ellos se turnaban para vigilar sus movimientos y comenzó a poner mucha voluntad para poder cambiar esa realidad. A los 18 años se trasladó a Buenos Aires para estudiar Traductorado de inglés y tenía mayores libertades para devolver. Llegó a vomitar hasta seis veces en un mismo día. “Yo se muy bien donde tengo que ir para empezar el tratamiento” le dijo Ana a sus padres y comenzó en ALUBA, un centro que atiende a más de 350 jóvenes con anorexia y bulimia. Eso fue en abril de 2005y desde que tuvo esa primer entrevista comentó que nunca más volvió a vomitar.”
Al principio estuvo en el hospital de día de esa institución a la que asistía diariamente entre las 8 y las 17, y donde realizaba todas las ingestas y la terapia grupal enla que cada joven comparte con los demás las sensaciones con su cuerpo y la comida ante la presencia de un terapeuta. Cuando Ana comenzó a tener control con la comida –no puede ingerir ningún producto dietético- adquirió confianza y seguridad en si misma y le autorizaron a asistir a ALUBA solamente dos veces por semana. ¿Cómo es su alimentación actual? Desde que inició su tratamiento comprendió la importancia de cumplir con las seis comidas diarias. Ella no cocina pero tiene en su casa a una persona de confianza –trabajó en su hogar en Pérez Millán- que todos los días le prepara el menú. En un día típico se alimenta de la siguiente manera: -Desayuno: café con leche con galletitas dulces o saladas. - Colación a media mañana: una golosina o una fruta. - Almuerzo: una porción de pollo con arroz con queso y helado. -Colación de la tarde: una barrita de cereales. -Merienda: café con leche con dos medialunas. -Cena: un plato de pasta con un flan o banana con dulce de leche. “Me veo atractiva, me gusto” Ana está curándose día a día porque el proceso es largo y depende de la voluntad que cada uno le ponga. ¿Qué le aconsejarías a otras chicas que están viviendo lo mismo que pasaste vos? “Lo más importante es que se animen a pedir ayuda porque sola no se puede salir, pero hay una salida “concluyó.

domingo, 15 de diciembre de 2013

ANOREXIA Y BULIMIA: UN TRASTORNO ALIMENTICIO, NO UNA ENFERMEDAD



La anorexia es uno de los más innovadores modos de castigar al propio cuerpo, simplemente porque su portador cree que no se ajusta a cierto canon de delgadez.Y reconoce antecedentes en los ataques histéricos descriptos por Sigmund Freud entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.Ambos trastornos están basados en la impotencia que se siente por la diferencia entre lo que se es y lo que supuestamente se debe ser.
Como las personas suelen creer que lo que se es depende de uno (y desdeñan los componentes ambientales o genéticos que marcan el carácter o la forma en que se da el metabolismo), extreman sus posibilidades al límite de lo que el mismo cuerpo puede resistir.El experto en nutrición Alberto Cormillot indicó que a pesar de que no hay estadísticas confiables en el país, “la prevalencia de bulimia y anorexia está en torno al 1% de las mujeres. De ellas, el 30% se cura, otro tercio la transforma en una enfermedad crónica, y el último tercio fallece por suicidio o por una falla cardíaca causada por la falta de minerales básicos como el potasio o el sodio”, expresó.

La anorexia es un trastorno de la alimentación y no una enfermedad. Eso quiere decir que es multicausal, no hay un solo factor determinante. Los factores que se buscan tienen que ver con trastornos de la herencia genética, de lo aprendido y de las vicisitudes que sufren las personas”, comentó Marcelo Bregua, coordinador general de Aluba, entidad que lucha contra la bulimia y la anorexia.
Es por eso que la familia no puede ser vista como la única responsable y los expertos prefieren no hablar de “culpas” porque el núcleo íntimo también puede ser la base de la recuperación.“La situación familiar es un desencadenante más, pero no es determinante. Hay una predisposición genética que tiene que ver con una vulnerabilidad psíquica. Y, obviamente, las frustraciones”, indicó Gabriela Rodríguez Rey, jefa de servicio de Desórdenes de Alimentación de la Fundación Cormillot.
El propio Cormillot agregó que “cierta fragilidad genética expone a algunas personas a sufrir enfermedades de origen cultural; el vudú en Haití, los ataques de nervios registrados en Filipinas, y síndromes culturales marcados en el manual DSM-IV. O como las histerias tipificadas por Freud”, enumeró.