En la sociedad actual en que vivimos, “se dice que cada
día es más importante la imagen, la apariencia con la que nos presentamos al
mundo será la que favorezca o entorpezca nuestra relación con el mismo, pero ¿y
si nosotros no la percibimos como la ve el resto?, ¿afectará a cómo la aceptan
los demás?.”
La imagen corporal es la autopercepción del cuerpo que cada persona construye en su
mente y las emociones, pensamientos y
conductas que esa imagen nos genera.
Esta imagen no se debe de
confundir con la apariencia física. “La apariencia física es cómo los demás nos
ven, el reflejo de nuestros cuerpos hacia la sociedad y va a estar marcado por
los cánones de belleza actuales.”. Sin embargo, una
persona considerada socialmente como bella, no tiene porqué sentirse así, o al
contrario, una persona con una apariencia física excluida del canon, puede
sentirse bien con respecto a su imagen corporal.
La imagen que cada uno tiene sobre sí mismo, va a
influir en la forma de pensar, de comportarse, de sentir y de relacionarse con
los demás, y puede llegar a marcar nuestra autoestima y
auto concepto. Por ellos, es muy importante que las personas tengan una imagen
corporal adecuada, es decir, que tengan una imagen en concordancia con su
apariencia y se sienten cómodas con ella (aunque tenga partes que no le
gusten).
Cuando hay una marcada disonancia entre la apariencia y
la imagen corporal y una preocupación
excesiva por el aspecto físico se puede derivar en trastornos
psicológicos como anorexia, bulimia, vigorexia,
trastorno dismórfico corporal,
etc. Además, esta distorsión generalmente irá acompañada de pensamientos
negativos sobre la propia persona, retraimiento social, disminución de las
relaciones sexuales, y una baja autoestima en general. Por lo que es importante ponerse en manos de
profesionales, cuando observemos que nosotros mismo o algún familiar, amigo,… padece una distorsión
de la imagen corporal.
Un hecho destacable y que se confirma en todos los
estudios epidemiológicos, es la presencia en nuestro medio de un malestar
generalizado con el cuerpo, lo que se ha venido en llamar la disconformidad
normativa. “Este concepto se refiere a que, básicamente las mujeres, pero cada
vez más los hombres, se encuentran a disgusto con su figura, porque los ideales
de belleza están cada vez más alejados del aspecto de la población general).” Las mujeres quieren adelgazar y los hombres quieren conseguir
una mayor corpulencia. En los últimos años, se ha detectado una cada vez mayor
difusión del fenómeno alcanzando a culturas más alejadas de la nuestra,
probablemente mediado por la influencia de los medios de comunicación y la
globalización.
“La imagen corporal, que es como habitualmente se le
llama, es mucho más compleja que lo puramente visual, influyen en ella los
otros sentidos y existen ejemplos radicales que avalan esta afirmación.” . Se puede desarrollar una anorexia siendo ciego de nacimiento
(existen, que nosotros conozcamos, cinco casos descritos en la literatura) ,
describen la importancia del olor en el aliento para conformar determinada
“imagen corporal”. La necesidad de seguridad y bienestar juega un papel muy
importante. Los estudios que investigan la imagen corporal de los niños y
adolescentes enfermos, en el momento del estudio o que lo han estado
previamente, nos muestran que es mucho más negativa que en la población
general. Lo curioso es que eso es así, tanto en las enfermedades en las que hay
que seguir dietas o se tiene algún defecto físico, como en las que no.
Saber que no sólo anoréxicos y bulímicos pueden tener una distorsión de su imagen corporal nos ayuda a entender el problema de los obesos y la mirada que ellos mismos tienen acerca de su cuerpo y su patología. Sólo entendiendo la enfermedad podemos ayudar eficientemente, no sólo como profesionales de la salud, sino como familiares, amigos o compañeros.
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